Me encantaría poder romper cada espacio que me atormenta y que me quita la respiración, destruir la soledad y la tristeza que me inunda, y guardarla en un cajón.
Coger la llave maldita y esconderla más aún, ahogar todas mis penas en algo más fuerte que tabaco y alcohol.
Me encantaría poder volar, dejar todo atrás , adentrarme en un mundo del que no salir jamás.
Me encantaría gritar hasta no poder más, y que todas la voces se callen al compás.
Me encantaría quemar toda esta libreta y utilizar mi cuerpo como una nueva agenda en la que escribir cada experiencia con viveza e ilusión, y no con una vaga tristeza.
Me encantaría secar todas mis lagrimas, disecarlas , destruirlas, convertirlas en algo que valga la pena, como un beso, una mirada o un susurro, aunque a veces creo que esto se lo comerá el mundo.
Me encantaría huir, no por cobarde, sino porque haya algo mejor que alcanzar, dejar estas tierras, encontrar un nuevo hogar, reposar mi alma hasta su despertar.
Me encantaría llegar al Nirvana más absoluto, que todo lo mundano desaparezca y quedarme con lo que realmente importa.
Me encantaría formar parte de la nada, ya que no molestaría, no estorbaría, no sería nada más que vacio existencial.
Me encantaría saber como acaba esta reflexión, sin lagrimas, sin ganas, y muerto el corazón.
Me encantaría ser un pedazo de viento, un aire vital que le de esperanza a este triste cuerpo...