Tras unos segundos sin poder reaccionar ante la presencia de su desaparecido y supuestamente difunto padre, Andrea, solo fue capaz de empezar a llorar. Sin embargo, había algo extraño en él. Sus labios, estaban completamente sellados, y sus ojos hablaban en lugar de su voz.
Miró como una a una, las lagrimas de Andrea cubrían su rostro, y sin demorarse más por el peligro que suponía, le cedió a ésta una carta un tanto...diferente. Las cartas, no dejan de ser el núcleo de poder tanto de seres de luces como de la oscuridad, pero esa carta era totalmente transparente. Al momento de tomarla con sus manos, el humo se hizo más presente de lo que ya de por si se encontraba, haciendo cada vez más difícil la percepción de aquel hombre que durante mucho tiempo llamó papá.
Junto a todo esto, como si una gran masa de energía la atropellara, sintió como sus rodillas flaqueaban, y como en el interior de su pecho una gran presión se hacia presente. Sin poder sostenerse más, dejó caer su cuerpo contra el suelo, y todo su pelo oscuro cubrió su rostro, tapando las lagrimas que antes habían brotado.
Lo siguiente que recordaba era a Gina gritando como nunca, pidiendo ayuda para sacar a Andrea de allí, y, por otro lado, a Tonny, que no hacia más que intentar hacer que todos mantuvieran la calma. En ese momento, ya no era humo rosa lo que veía, sino una luz muy clara. Andrea, dentro de su desmayo, divisó imágenes delirantes y muy confusas. Un edificio antiguo, al lado del mar, de la naturaleza y de un volcán. Oscuros aproximándose, y la misma chica que había visto en el baño aquella noche. Esa chica, tenia algo, algo que no podía pasarse por algo. ¿Podría ser el fin de la destrucción y el miedo, o una advertencia de peligro?. Se encontraba sosteniendo una carta particularmente extraña, la transparente que le había dado a Andrea su padre. ¿Qué hacía con ella?. Se acercó poco a poco a aquella muchacha sin apartar sus miradas, y tras preguntarle Andrea su nombre a aquella chica, simplemente, despertó.
Se encontraba en su casa, y tenía un dolor de cabeza enorme. El reloj de Arena marcaba las 7 de la mañana, era demasiado temprano, incluso para ella. Tras incorporarse un poco, vio como Gina se había quedado dormida junto a ella mientras la cuidaba. Era tan tierna cuando dormía. Sus parpados como Cajas de Pandora, escondía el mayor de los poderes. Pero no hay duda, que no le hacia falta para ser una mujer poderosa y valiente. Había soportado mucho, y siempre había estado dispuesta para todo lo que necesitase Andrea. Ahora ella tendría que estar a la altura para las necesidades de su amiga. Escuchó como el agua empezaba a brotar en la habitación continua. Era Tonny, estaba haciendo un poco de té mientras esperaba el despertar de su amiga.
Al entrar, vio como el pelo de Andrea le cubría la gran mayoría de su pequeña y picara cara. Era realmente una belleza única, tanto por dentro como por fuera. Llevaba años enamorado de ella, pero, tanto su familia, como la propia Andrea, increpaban sobre la opción de ser algo más que amigos. Igualmente, lo importante ahora no eran las historias de romances. No, había cosas más relevantes en juego. Andrea, le saludó levemente.
-Hola Tonny, ¿Cuánto tiempo he dormido?¿Qué ha pasado?
-Buenos días Serp, ya veo que no te acuerdas de nada. Ayer, esperando que volvieses del baño nos preocupamos porque tras una hora no aparecías.
-¡¿Una hora?!. - Para ella todo había sido demasiado rápido, quizás solo... cinco minutos, pero queda claro que para el resto del mundo no fue asi.
- Si, y ya el colmo fue cuando escuchamos el gran estruendo que hiciste cuando empezaste a gritar como una poseída. Se te pusieron los ojos en blanco, realmente estábamos muy preocupados.
- Pero yo en ningún momento grité. Créeme, tenía motivos de peso para no poder decir ni una palabra.
- ¿Qué pasó, Andrea?¿Quieres hablar de lo que recuerdas?
- Tonny, es todo demasiado confuso. Solo recuerdo que vi a una chica en el cuarto de baño, que las velas se apagaron como si una ventisca hubiera aparecido, y entonces... la chica desapareció. Salí corriendo a buscarla, y noté como ya cerca de ustedes alguien me agarraba para atrás. Me quedé en blanco cuando me di cuenta de quien era.
- ¿Bill quizás? Eso explicaría muchas cosas, sobre todo que te pusieras asi. - Sonrió Tonny.
- Tonny, no seas ridículo. No me pondría asi por encontrarme a ese tipo. Sé defenderme sola, recuerda que ya te lo he demostrado más de una vez. Es más, no me pondría a llorar como lo hice, y menos por una persona que no vale la pena.
-¿Entonces?
- Era mi padre. Estaba allí, pero a la vez todo era demasiado distinto. Recuerdo que me tendió la mano, y me dio algo que nunca antes había visto, algo muy valioso. Después, sentí como si algo muy pesado me atravesase el pecho. Fue una sensación horrible.
- ¿Qué fue lo que te dio?
- …
En ese momento, Gina se incorporó y sorprendida porque su amiga estuviera despierta y bien, comenzó a darle muchísimos besos. Encendió con un chasquido la pequeña chimenea que tenía Andrea en su casa. Andrea, miró a Tonny disimuladamente, negando con la cabeza cualquier intento de seguir con la conversación que tenían.
-¿ Qué pasa Andrea? - Preguntó Gina. ¿Te traigo algo, quieres fumar algunas de las hierbas que llevo? Pueden que te relajen.
- No Gin, sabes que prefiero tomármelas en té, me sientan mejor. No te preocupes, estoy bien.
- Andrea...
-Tonny, ya he dicho que estoy bien. Es hora de que volváis a casa, os estarán esperando.
- Pero Andrea... - Intentó replicar Tonny sin éxito. Gina le cogió por el brazo - y casi por las orejas- para salir por la puerta antes de que fuera sellada por Andrea. Tanto ésta como Tonny mantuvieron una mirada, por un lado fría y curiosa, y por otro, preocupada.
- Espero que me sigas contando el sueño que has tenido, Andrea.
-Quizás cuando me encuentre mejor, Tonny.
Tras quedarse sola y tumbarse en el sillón, comprendió que algo raro estaba pasando, y que tenia que tener cuidado para no poner en peligro a sus amigos.
- Esto cada vez se vuelve más turbio, Valak. - Le susurró a su gata.
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