martes, 16 de febrero de 2016

COMPARACION DE DESCARTES CON SANTO TOMÁS.

Perdonad por la tardanza, he tenido problemas con el ordenador e Internet y hasta ahora mismo no lo he podido recuperar, espero que os sirva de ayuda.


3. Comparación con otra postura filosófica : Santo Tomás


Frente  a Descartes, nos encontramos con la filosofía opuesta de Tomás de Aquino. En cuanto a la epistemología(teoría del conocimiento), podemos decir que Santo Tomás es un autor empirista, puesto que reconoce el papel de los sentidos. Como ya había afirmado Aristóteles, todo conocimiento comienza con la experiencia sensible, no hay nada en nuestro entendimiento que no haya pasado anteriormente por los sentidos. Sin embargo, Descartes, al igual que Platón, infravalora el papel de los sentidos añadiendo que estos son engañosos y no aportan conocimiento alguno. Descartes era un filosofo racionalista, que defendía que la razón es la única facultad humana que puede aportar conocimiento. Esta es infalible. El conocimiento que tenemos de la realidad no depende de los sentidos o de la experiencia, sino de las ideas innatas que ya están en nuestra mente desde el momento en el que nacemos.

Tomas de Aquino defenderá el conocimiento a través de la experiencia sensorial. A partir de los sentidos yo realizo un proceso de abstracción como el que Aristóteles planteó, afirmando que hay un sujeto agente que extrae las características a través de los sentidos, y posteriormente, un sujeto pasivo elabora la idea. Esta idea será un concepto general. ( ejemplo para entenderlo : si yo veo un perro, el sujeto agente recogerá las diferentes características captadas por mis sentidos y el sujeto paciente elaborará finalmente la idea de perro, afirmando el hecho de que yo no puedo conocer sin percepción)

A nivel ontológico, ambos autores reconocen en Dios a la sustancia infinita, la cual es sumamente perfecta y la causa de todo cuanto existe. Sin embargo, difieren con respecto a la forma de acceder a él y de demostrar su existencia. Mientras que las pruebas de Santo Tomás son a posteriori( a partir de la experiencia) , las de Descartes es a priori ( independiente de la experiencia), estos son argumentos puramente racionales y no recurren en ningún momento a la aportación de los sentidos.

Santo Tomás de Aquino demostrará la existencia de Dios a partir de las 5 vías tomistas, que a su vez son las 5 vías necesarias para conocer.

Lo principal es tener claro que Dios es el primer orden del ser y a la vez el último orden de conocer (quien me crea a mi y a todas las cosas y a quien veo cuando muero) , es decir,  lo primero que yo conozco es lo que me ofrece los sentidos y lo último es Dios. Santo Tomás planteará las 5 vías a posteriori para demostrar la existencia de Dios a partir de la experiencia.

La primera vía es la de movimiento : todo lo que se mueve es movido por otro pero tiene que haber un primer motor que sea acto puro (sin potencia) y que lo haya movido todo . ( es decir, como la mano que empuja una ficha de domino que hace que todas las demás caigan )

La segunda vía es la causalidad eficiente.

Se entiende como : causa > efecto>causa>efecto.

Por lo tanto, tiene que haber una causa incausada (o primera causa = Dios ) que no la haya causado nada.

La tercera vía es lo contingente. Lo contingente es todo aquello que puede o no existir.

Es decir, las cosas pueden ser necesarias o contingentes , pero tiene que haber un ser necesario en si mismo , el primero

que esta desde siempre porque es necesario.

La cuarta vía es la de grados de perfección .

Nuestro mundo es mas o menos perfecto, pero tiene que existir una perfección máxima. Esta es Dios.

Por último, la 5 vía es la del gobierno del mundo , en donde Dios es el fin ultimo  que pone orden a todo el universo.

En conclusión, el punto de partida de las demostraciones tomistas está en lo que los sentidos nos muestran del mundo para concluir con la existencia necesaria de un ser supremo, Dios. Por lo contrario, las demostraciones cartesianas parten de la idea de un ser sumamente perfecto. Esta idea no procede de los sentidos, ya que no tenemos ninguna experiencia sensible de Dios. Se trata de una idea innata o a priori introducida en nuestra mente por Dios.



Ahora tendríamos que añadir la parte de la actualidad.

Explicación de Santo Tomás de Aquino y San Agustin

Hola a todos, os voy a ir dejando por aqui dos videos de youtube en donde se explica muy bien la filosofia de ambos, intentaré subir antes de las 5 la comparación entre Santo Tomás y Descartes. 
http://youtu.be/vjNZfQrOOZw   > SAN AGUSTÍN

Perdonad las molestias.



sábado, 13 de febrero de 2016

PRUEBA DE EXAMEN DE SELECTIVIDAD/ DESCARTES (2)

Respuestas tipo selectividad del fragmento siguiente : http://principiodeuncomienzo.blogspot.com.es/2016/02/prueba-de-examen-de-selectividad.html
en concreto :



 [ Fue el primero, no admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia que lo es; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mí espíritu, que no hubiese ninguna ocasión de ponerlo en duda.
El segundo, dividir cada una de las dificultades, que examinare, en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su mejor solución.
El tercero, conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más compuestos, e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente.
Y el último, hacer en todo unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada ]


PREGUNTAS:

1.Contexto histórico-cultural & filosófico del autor.

2.Comentario del texto:
a) Explicación de las dos expresiones subrayadas.
b) Identificación y explicación de los contenidos.
c) Justificación.

3.Relación con otro autor y actualidad.

RESPUESTAS:

1. Contexto histórico-cultural & filosófico:

2. Comentario del texto:
a) Explicación de las dos expresiones subrayadas.

En el texto de esta parte podréis ver que las palabras subrayadas por mi han sido Precipitación y Clara y distintamente, como ejemplo.

Precipitación: término con el que Descartes alude a uno de los dos errores cometidos habitualmente por algunos ingenios y que son corregidos con la aplicación rigurosa y metódica de las reglas que Descartes expone en la segunda parte de su obra “Discurso del método”, que es el fragmento el cual estamos analizando ahora mismo. Descartes intenta no caer en la precipitación para poder obtener una certeza absoluta e indudable. Descartes pretende poder un remedio absoluto a esta situación de las ciencias proporcionándoles una metodología que contenga un fundamento tan firme con unos cimientos indiscutibles para cualquier mente racional. Para evitar esta precipitación Descartes emplea la duda, que será su método de hallar la certeza de forma completa y segura, con la capacidad de ser incuestionable.



Clara y distintamente: expresión fundamental en el planteamiento epistemológico cartesiano con el que el autor hace referencia a aquellas dos cualidades necesarias para que nuestras ideas y conocimientos sean verdaderos. La claridad la entendería como aquella cualidad inherente a una idea cuando ésta se presente a una mente atenta sin dificultad alguna. Por su parte, la distinción se refiere a la necesidad de que tal idea se muestre a nuestra mente de modo diferente a otras evitando así cualquier confusión. Esta será la base que Descartes utilizará para encontrar una certeza absoluta, ya que estas ideas claras y distintas no las ponemos nosotros en duda. Cualquier otra idea que no cumpla con este requisito no se podrá considerar cierta, debido a que se puede confundir con otra cierta, o puede ponernos en duda.


b) Identificación y explicación de los contenidos.

EXPLICACÓN PREVIA SOBRE LAS PREGUNTAS 2B Y 2C DEL EXÁMEN:

Descartes no sigue la misma estructura simple de Platón, tenemos que repartir toda la teoría en estos dos apartados y para realizarlo de la mejor forma seguiremos el siguiente mecanismo:

* SI EL FRAGMENTO TE HABLA DE LAS REGLAS DEL METODO*

(Como en este fragmento)
Nosotros empezaremos a explicar la reglas del método y lo enlazaremos con la duda metódica, poniendo toda su teoría hasta la conclusión del autor a través de la intuición de que él es un sujeto pensante. Ahora pondremos los tres tipos de Ideas, ya que el sujeto pensante , piensa, y cerraremos la pregunta.
En la pregunta 2c, pondremos todo lo relacionado con Dios, sus argumentos y las sustancias.

*SI EL FRAGMENTO TE HABLA DE LA DUDA METÓDICA*

Llevaremos una organización muy similar a la anterior, excepto que empezaremos explicando primero la duda que las reglas del método.
En la pregunta 2c tendremos que responder lo mismo sobre Dios que el ejemplo anterior.

*SI EL FRAGMENTO TE HABLA SOBRE DIOS , LAS SUSTANCIAS O LAS PRUEBAS*

Aquí invertimos en orden , empezaremos hablando sobre la teoría de la existencia de Dios junto con sus argumentos , las sustancias, y el porqué Descartes recurre a él como único modo de salir de al mundo exterior tras explicar que él es un sujeto pensante.
En la pregunta 2.c pondremos las reglas del método y la duda metódica.




Este fragmento pertenece a la segunda parte del DISCURSO DEL MÉTODO, justo después de la parte que se ocupa de la ciencia de su tiempo(I parte),en donde nos cuenta la decepción que le causaron sus estudios en la Fleché, a excepción de las matemáticas, ya que ninguna de las demás asignaturas les interesaba la búsqueda de la verdad. En esta parte, Descartes quiere poner remedio a tal situación de las ciencias proporcionándoles una metodología, un fundamento firme, unos cimientos indiscutibles para cualquier mente racional. Su método será la duda, pero su objetivo será muy diferente del de la duda escéptica. Si el escéptico duda para permanecer en la duda, Descartes dudará (o fingirá dudar) para alcanzar justamente lo contrario: la certeza, la ausencia de posible error, el fundamento seguro. Es esta duda metódica radical la que le llevará al establecimiento de un nuevo método simple y claro.
La primera de las cuatro reglas de su método está en íntima relación con esa "duda metódica": no admitir como verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo es, evitando la precipitación; es preciso partir de principios racionalmente evidentes, es decir, claros y perfectamente inteligibles.
Las tres reglas siguientes formulan el cauteloso procedimiento que lleva al conocimiento cierto: dividir los problemas en sus elementos primarios, los cuales se revelarán como verdaderos o falsos (análisis); reunir y organizar ordenadamente los conocimientos elementales así obtenidos para ir ascendiendo poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los compuestos (síntesis); enumerar y revisar todas las verdades conocidas para estar seguro de no omitir nada y comprobar si se relacionan las unas con las otras (enumeración y prueba).

(A partir de aquí comienzo a exponer y la teoría)



René Descartes debe ser considerado como uno de los filósofos mas representativos de la filosofía moderna . Decimos esto por referencias directas de él que su principal contribución a la historia del pensamiento debía encontrarse en el campo de la ciencia, y en concreto en su principal aportación científica: la elaboración de un método científico . Aquí es donde entra en juego el discurso del método que propone la búsqueda personal y metódica de Descartes para encontrar la verdad. Esta búsqueda tiene como punto de partida la duda de todos sus pensamientos en un intento de encontrar un criterio indudable que le permita distinguir lo verdadero de lo falso y sobre él cimentar en su mente un conocimiento verdadero e indudable. Una duda cartesiana que se caracteriza por ser teorica, provisional, metódica y universal. Descartes somete sus pensamientos a duda, con la intención de ordenarlos de forma metódica. En primer lugar, la evidencia en la que el sujeto debe duda de todos aquellos pensamientos que no se les plantee de forma evidente. En segundo lugar, el análisis donde todas aquellas ideas complejas que no se muestran evidentes, se analizan y descomponen en las ideas mas simples que las forman para así comprenderlas mejor. En tercer lugar, realizar una síntesis donde se vuelvan a unir tales ideas simples que ahora nos posibilitan la comprensión evidente de la anterior idea compleja, la cual se nos presenta ahora de una forma clara y distinta. Finalmente, se realiza una enumeración o revisión en la que realizamos el recuento de todos los pasos anteriores, dados con la intención de identificar algún error en el análisis y síntesis de la idea.

El método filosófico que el propio Descartes aplica a sus pensamientos , es dudar principalmente de los sentidos como fuente fiable de conocimiento. En segundo lugar, se plantearía la diferencia entre la vigilia y el sueño y la idea de considerar que lo real es lo único que se encuentra en el estado de vigilia. Dudo de las matemáticas, ya que aunque sea una ciencia exacta, podemos equivocarnos en el resultado que obtenemos. Por último, se plantea que todo lo anterior es verdadero, pero existe un genio maligno que nos engaña. Después de los cuatro niveles de la duda, Descartes plantea que el mundo exterior al sujeto(a la persona) es puesto en duda, concluyendo que no se puede estar seguro de nada.
Tras esta conclusión y el planteamiento de estos niveles, el único punto que queda por dudar es la del sujeto mismo. Descartes, después de haber dudado de todo, se le presenta un pensamiento claro y evidente, que no tiene duda por su distinción: Él mismo existe como un sujeto pensante(cogito ergo sum)

El sujeto pensante piensa ideas que se dividen en tres ramas :
1. las ideas adventicias : son las procedentes de los sentidos
2. las ideas facticias: las elaboradas por nosotros mismos
3. las ideas innatas : las que Dios pone en mi desde el momento en el que nazco.
Para Descartes, las ideas son el contenido de conciencia y al plantearlas se queda encerrado en el pensamiento (solipsismo)





c) Justificación.

Tras conseguir Descartes llegar a esta conclusión, la cataloga como la primera verdad.
Después de esto tendrá que resolver el hecho de que en su mente se encuentre la idea de la existencia de Dios, que es conocida como la sustancia infinita, y la idea corpórea, que es la sustancia extensa.
Para que Descartes pueda salir de esta primera idea de sujeto pensante y resolver las otras dos anteriores, demostrará la existencia de Dios con la ayuda de la explicación de las sustancias. Para ello, principalmente expondrá sus tres argumentos que defienden tal creencia:
1. El hecho de que yo sea imperfecto, pero que tenga la idea de perfección dentro de mi, demuestra la existencia de Dios, que es quien me la ha puesto. Es ''a priori''(independiente de la experiencia)
2. El caso de que lo contingente pase a ser necesario tiene que estar sostenido por Dios.
3. Descartes afirma que como Dios es perfecto debe existir , ya que la existencia imprime perfección. Llega de esta forma a la conclusión de que es imposible que la esencia de Dios no tenga existencia. Con estos tres argumentos demuestra la existencia de Dios y deduce que este es infinita bondad, asique no puede ser maligno, eliminando de esta forma la duda del genio maligno planteada en la duda metódica. La existencia de Dios garantiza la existencia de la realidad externa de la que el propio Descartes tiene una idea clara y distinta.
Sin embargo, Descartes debe resolver otro problema dentro de los tres diferentes tipos de sustancia. La sustancia es todo aquellos que existe independientemente de cualquier cosa, e identificamos tres diferentes tipos:
1. La sustancia infinita: Dios
2. la sustancia pensante: el sujeto pensante.
3.La sustancia corpórea : en donde Descartes es DUALISTA
Centrándonos en la tercera sustancia destacamos la división absoluta que Descartes realiza respecto a los físico y lo psíquico. Lo físico está regido por el mecanismo y lo psíquico por el finalismo. Expone al alma y al cuerpo como sustancias totalmente independientes, pero con esta afirmación surge la duda de la unión que une a ambas sustancias, ya que el alma se encuentra dentro del Cuerpo.
Aunque para Descartes mi verdadera existencia es lo psíquico y el cuerpo solo es un recipiente, no logra encontrar en vinculo entre ambos, dejando al dualismo planteado sin una respuesta clara y distinta.











3. Relación con otro autor y la actualidad.

*ESTA PARTE DE LA PREGUNTA LA SUBIRÉ LO MÁS ANTES POSIBLE,DISCULPEN LAS MOLESTIAS*





PRUEBA DE EXAMEN DE SELECTIVIDAD / DESCARTES. (1)




Textos de Descartes. Discurso del método

Segunda parte (fragmento sobre los preceptos del método)

(...) Pero como hombre que tiene que andar solo y en la oscuridad, resolví ir tan despacio y emplear tanta circunspección en todo, que, a trueque de adelantar poco, me guardaría al menos muy bien de tropezar y caer. E incluso no quise empezar a deshacerme por completo de ninguna de las opiniones que pudieron antaño deslizarse en mi creencia, sin haber sido introducidas por la razón, hasta después de pasar buen tiempo dedicado al proyecto de la obra que iba a emprender, buscando el verdadero método para llegar al conocimiento de todas las cosas de que mi espíritu fuera capaz.
Había estudiado un poco, cuando era más joven, de las partes de la filosofía, la lógica, y de las matemáticas, el análisis de los geómetras y el álgebra, tres artes o ciencias que debían, al parecer, contribuir algo a mi propósito. Pero cuando las examiné, hube de notar que, en lo tocante a la lógica, sus silogismos y la mayor parte de las demás instrucciones que da, más sirven para explicar a otros las cosas ya sabidas o incluso, como el arte de Lulio, para hablar sin juicio de las ignoradas, que para aprenderlas. Y si bien contiene, en verdad, muchos, muy buenos y verdaderos preceptos, hay, sin embargo, mezclados con ellos, tantos otros nocivos o superfluos, que separarlos es casi tan difícil como sacar una Diana o una Minerva de un bloque de mármol sin desbastar. Luego, en lo tocante al análisis de los antiguos y al álgebra de los modernos, aparte de que no se refieren sino a muy abstractas materias, que no parecen ser de ningún uso, el primero está siempre tan constreñido a considerar las figuras, que no puede ejercitar el entendimiento sin cansar grandemente la imaginación; y en la segunda, tanto se han sujetado sus cultivadores a ciertas reglas y a ciertas cifras, que han hecho de ella un arte confuso y oscuro, bueno para enredar el ingenio, en lugar de una ciencia que lo cultive. Por todo lo cual, pensé que había que buscar algún otro método que juntase las ventajas de esos tres, excluyendo sus defectos.
Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpa a los vicios, siendo un Estado mucho mejor regido cuando hay pocas, pero muy estrictamente observadas, así también, en lugar del gran número de preceptos que encierra la lógica, creí que me bastarían los cuatro siguientes, supuesto que tomase una firme y constante resolución de no dejar de observarlos una vez siquiera:
Fue el primero, no admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia que lo es; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mí espíritu, que no hubiese ninguna ocasión de ponerlo en duda.
El segundo, dividir cada una de las dificultades, que examinare, en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su mejor solución.
El tercero, conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más compuestos, e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente.
Y el último, hacer en todo unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada.
Esas largas series de trabadas razones muy simples y fáciles, que los geómetras acostumbran emplear, para llegar a sus más difíciles demostraciones, habíanme dado ocasión de imaginar que todas las cosas, de que el hombre puede adquirir conocimiento, se siguen unas a otras en igual manera, y que, con sólo abstenerse de admitir como verdadera una que no lo sea y guardar siempre el orden necesario para deducirlas unas de otras, no puede haber ninguna, por lejos que se halle situada o por oculta que esté, que no se llegue a alcanzar y descubrir. Y no me cansé mucho en buscar por cuáles era preciso comenzar, pues ya sabía que por las más simples y fáciles de conocer; y considerando que, entre todos los que hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias, sólo los matemáticos han podido encontrar algunas demostraciones, esto es, algunas razones ciertas y evidentes, no dudaba de que había que empezar por las mismas que ellos han examinado, aun cuando no esperaba sacar de aquí ninguna otra utilidad, sino acostumbrar mi espíritu a saciarse de verdades y a no contentarse con falsas razones. Mas no por eso concebí el propósito de procurar aprender todas las ciencias particulares denominadas comúnmente matemáticas, y viendo que, aunque sus objetos son diferentes, todas, sin embargo, coinciden en que no consideran sino las varias relaciones o proporciones que se encuentran en los tales objetos, pensé que más valía limitarse a examinar esas proporciones en general, suponiéndolas solo en aquellos asuntos que sirviesen para hacerme más fácil su conocimiento y hasta no sujetándolas a ellos de ninguna manera, para poder después aplicarlas tanto más libremente a todos los demás a que pudieran convenir. Luego advertí que, para conocerlas, tendría a veces necesidad de considerar cada una de ellas en particular, y otras veces, tan solo retener o comprender varias juntas, y pensé que, para considerarlas mejor en particular, debía suponerlas en líneas, porque no encontraba nada más simple y que más distintamente pudiera yo representar a mi imaginación y mis sentidos; pero que, para retener o comprender varias juntas, era necesario que las explicase en algunas cifras, las más cortas que fuera posible; y que, por este medio, tomaba lo mejor que hay en el análisis geométrico y en el álgebra, y corregía así todos los defectos de una por el otro.
Y, efectivamente, me atrevo a decir que la exacta observación de los pocos preceptos por mí elegidos, me dio tanta facilidad para desenmarañar todas las cuestiones de que tratan esas dos ciencias, que en dos o tres meses que empleé en examinarlas, habiendo comenzado por las más simples y generales, y siendo cada verdad que encontraba una regla que me servía luego para encontrar otras, no sólo conseguí resolver varias cuestiones, que antes había considerado como muy difíciles, sino que hasta me pareció también, hacia el final, que, incluso en las que ignoraba, podría determinar por qué medios y hasta dónde era posible resolverlas. En lo cual, acaso no me acusaréis de excesiva vanidad si consideráis que, supuesto que no hay sino una verdad en cada cosa, el que la encuentra sabe todo lo que se puede saber de ella; y que, por ejemplo, un niño que sabe aritmética y hace una suma conforme a las reglas, puede estar seguro de haber hallado, acerca de la suma que examinaba, todo cuanto el humano ingenio pueda hallar; porque al fin y al cabo el método que ensena a seguir el orden verdadero y a recontar exactamente las circunstancias todas de lo que se busca, contiene todo lo que confiere certidumbre a las reglas de la aritmética.
Pero lo que más contento me daba en este método era que, con él, tenía la seguridad de emplear mi razón en todo, si no perfectamente, por lo menos lo mejor que fuera en mi poder. Sin contar con que, aplicándolo, sentía que mi espíritu se iba acostumbrando poco a poco a concebir los objetos con mayor claridad y distinción y que, no habiéndolo sujetado a ninguna materia particular, prometíame aplicarlo con igual fruto a las dificultades de las otras ciencias, como lo había hecho a las del álgebra. No por eso me atreví a empezar luego a examinar todas las que se presentaban, pues eso mismo fuera contrario al orden que el método prescribe; pero habiendo advertido que los principios de las ciencias tenían que estar todos tomados de la filosofía, en la que aun no hallaba ninguno que fuera cierto, pensé que ante todo era preciso procurar establecer algunos de esta clase y, siendo esto la cosa más importante del mundo y en la que son más de temer la precipitación y la prevención, creí que no debía acometer la empresa antes de haber llegado a más madura edad que la de veintitrés años, que entonces tenía, y de haber dedicado buen espacio de tiempo a prepararme, desarraigando de mi espíritu todas las malas opiniones a que había dado entrada antes de aquel tiempo, haciendo también acopio de experiencias varias, que fueran después la materia de mis razonamientos y, por último, ejercitándome sin cesar en el método que me había prescrito, para afianzarlo mejor en mi espíritu.

EXPLICACIÓN POR PARTES DEL DISCURSO DEL MÉTODO. (I-VI)



NOTA IMPORTANTE: PARA EL INSTITUTO IES CAURA SOLAMENTE ENTRA LA PARTE II A LA IV.


Discurso del método

El Discurso del método  no es solamente la obra fundamental del filósofo francés René Descartes; ha sido juzgada además como el hito que marca el final de la escolástica y el inicio de la filosofía moderna. El Discurso del método fue publicado anónimamente por primera vez en Leiden en 1637.


       
El Discurso del método consta de un breve prefacio y seis partes.
La primera parte se ocupa de la ciencia de su tiempo; hay que observar que, pese a ser una obra filosófica, no carece de elementos autobiográficos, y precisamente en esta primera parte Descartes constata la decepción que le causaron, en general, sus estudios en el colegio de los jesuitas de La Flèche, a excepción de las enseñanzas matemáticas.
Para Descartes, ninguna de las materias que se estudiaban en su tiempo se interesaba en la búsqueda de la verdad. O eran un pasatiempo placentero, como la literatura o la retórica, o bien tenían un fin práctico, como las disciplinas técnicas. Y las diversas filosofías, contradiciéndose unas a otras, mostraban no haber llegado a su objetivo. Sólo las matemáticas, gracias al rigor de su método, presentaban absoluta certeza.
La matemáticas, sin embargo, no se aplicaban a la investigación de lo real. Y esta consideración es la que determina su proyecto filosófico, que no es otro que evitar las especulaciones sin sentido y los razonamientos sin fundamento; en lugar de ello, es preciso encauzar la razón por los deseados caminos del rigor y del buen hacer metodológicos que caracterizan a las matemáticas, disciplina a la que el propio Descartes realizó aportaciones decisivas. De este modo esta primera parte es a un tiempo una autobiografía intelectual y una revisión, con conclusiones deprimentes, de la ciencia de su tiempo.
La segunda parte (escrita probablemente en un principio como introducción a La geometría) quiere poner remedio a esta situación de las ciencias proporcionándoles una metodología, un fundamento firme, unos cimientos indiscutibles para cualquier mente racional. Su método será la duda, pero su objetivo será muy diferente del de la duda escéptica. Si el escéptico duda para permanecer en la duda, Descartes dudará (o fingirá dudar) para alcanzar justamente lo contrario: la certeza, la ausencia de posible error, el fundamento seguro. Es esta duda metódica radical la que le llevará al establecimiento de un nuevo método simple y claro.
La primera de las cuatro reglas de su método está en íntima relación con esa "duda metódica": no admitir como verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo es, evitando la precipitación; es preciso partir de principios racionalmente evidentes, es decir, claros y perfectamente inteligibles.
Las tres reglas siguientes formulan el cauteloso procedimiento que lleva al conocimiento cierto: dividir los problemas en sus elementos primarios, los cuales se revelarán como verdaderos o falsos (análisis); reunir y organizar ordenadamente los conocimientos elementales así obtenidos para ir ascendiendo poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los compuestos (síntesis); enumerar y revisar todas las verdades conocidas para estar seguro de no omitir nada y comprobar si se relacionan las unas con las otras (enumeración y prueba).


Primera edición del Discurso del
método
(1637), de René Descartes
La tercera parte del Discurso del método contiene las denominadas máximas de la moral provisional. Ello no contradice para Descartes la regla de la duda metódica; ocurre simplemente que, mientras no se alcance la verdad, es necesario establecer normas provisionales para dirigir nuestros actos. Estas normas incluyen obedecer siempre las leyes y costumbres del país; permanecer fiel a las opiniones aceptadas como verdaderas, mientras no se demuestren como falsas, evitando así las incertidumbres en la investigación; aceptar las verdades halladas y los hechos inevitables, adaptándose a ellos en lugar de pretender que se adapten a nosotros; y, por fin, aplicar nuestras vidas al cultivo de nuestra razón y adelantar todo lo posible en el conocimiento de la verdad según el método expuesto anteriormente.
Según algunos autores, esta exposición de una moral de respeto de las situaciones existentes que constituye la tercera parte habría sido redactada directamente para obtener el privilegio para la impresión y tranquilizar a los censores. En todo caso, en ella se encuentra lo básico de la aportación cartesiana en el dominio de la ética, bien poco relevante por cierto y tachada a menudo de conservadora y neoestoica.

En la cuarta parte hallamos lo más interesante y conocido del Discurso del método: el encuentro con la certeza, con la primera afirmación indubitable. La proyección de la duda sobre la forma en que percibimos el mundo, sobre la fiabilidad de los sentidos (vemos doblarse una vara al introducirla en el agua), sobre la misma existencia de este mundo exterior (imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño) e incluso sobre las mismas verdades racionales (mediante la hipótesis de un genio maligno que deliberadamente nos engaña) es la que llevará a la primera certeza, a la roca firme sobre la que levantar el edificio del conocimiento humano.
Descartes nota que, en efecto, podemos dudar de todo, pero no podemos dudar de que dudamos, y, como dudar es pensar, no podemos dudar de que pensamos. El pensamiento es nuestra primera certidumbre, y nos lleva a la certidumbre de nuestra existencia: "Pienso, luego existo". El hombre existe al menos como cosa pensante, como res cogitans. La existencia del pensamiento es un concepto claro y distinto, una verdad evidente que sirve como punto de partida.
Cuando, tratando de llegar a una certeza, dudamos, estamos intentando superar un estado imperfecto y alcanzar otro perfecto que aún no poseemos. Pero la idea de perfección (sin la cual el hombre no podría tener idea de su imperfección en cuanto sujeto que duda, que se equivoca) no puede venir del pensamiento, que es imperfecto, sino de un ser perfecto: Dios. Dios es el ser perfecto que ha puesto en nuestro pensamiento la idea de perfección. Se trata de la versión cartesiana del argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury: la idea que tenemos de Dios encierra ya en sí misma su existencia, puesto que no podría poseer la suma perfección si le faltase alguna cualidad; si le faltase la cualidad de existir, ya no sería perfecto.
De nuestra propia existencia y de la existencia de Dios se desprende que el mundo exterior, diferente de nosotros, también existe. Si el mundo no existiese, Dios nos estaría engañando, haciéndonos aparecer como existente un mundo que no existe; pero Dios, siendo como es perfecto, no puede engañar: el engaño y la falsedad son imperfecciones, y no pueden ser atributos de un ente supremo perfectísimo. Por lo tanto, concluye Descartes, el mundo exterior existe y podemos confiar (aunque críticamente) en el testimonio de los sentidos.


En la quinta parte, Descartes expone algunas aplicaciones de su método científico a los estudios físicos. La creación, el universo, está gobernada por leyes mecánicas que permiten dar cuenta de todos los fenómenos materiales. Descartes concibe el cuerpo humano como un mecanismo, y desarrolla aquí su explicación mecánica del movimiento del corazón, así como su concepción de los otros seres vivientes como “animales-máquina”.
La sexta y última parte nos narra las incidencias en la elaboración de la misma obra, explicando las razones por las que retrasó tres años su publicación (temor a provocar escándalo, como Galileo, y a ser turbado con eventuales polémicas) y las razones que le inducen finalmente a publicarlo: mostrar honestamente el resultado de sus estudios y dar a otros la posibilidad de continuarlos.
Respecto a Galileo, se adhiere a las tesis contrarias al geocentrismo, y, sobre la ciencia, destaca la función práctica, de dominio de la naturaleza, que puede tener: el fin del conocimiento es la felicidad y no la mera contemplación; la medicina ejercerá una función muy importante, puesto que la salud del cuerpo es la primera condición de toda actividad espiritual. Encontramos también en esta sexta parte, escrita quizás como prefacio a La dióptrica y a Los meteoros, consideraciones sobre el trabajo científico como una actividad de cooperación a gran escala y reflexiones sobre la ciencia como una obra colectiva de larga duración, para la cual es indispensable la constitución de una verdadera comunidad de investigadores.
Se ha afirmado repetidamente que el Discurso del método de Descartes es una de las obras que inauguran la filosofía y la ciencia modernas. Entre sus virtudes sobresale la lucidez y simplicidad de su argumentación, que favorecería (junto al hecho de estar redactada en francés) la divulgación de las nuevas directrices de la filosofía racionalista. Este racionalismo, que culminará en Spinoza, está sin embargo todavía atemperado en la obra de Descartes por el dualismo entre materia y pensamiento y por un espiritualismo en el que perduran diversos aspectos del pensamiento religioso, en especial de San Agustín.



Vocabulario y terminos definidos de René Descartes. (completo)




1.- Dios: término filosófico fundamental en el pensamiento cartesiano identificado con aquella idea innata de una substancia infinita con la perfección como atributo principal y que en el sistema cartesiano se convierte en el “garante” de la verdad, de la evidencia, de la certeza; en definitiva, de la claridad y distinción de todo el conocimiento humano.

2.-
Precipitación: término con el que Descartes alude a uno de los dos errores cometidos habitualmente por algunos ingenios y que son corregidos con la aplicación rigurosa y metódica de las reglas que Descartes expone en la segunda parte de su obra “Discurso del método”.

3.-
Prevención = Precipitación

4.-
Conocimiento cierto: expresión cartesiana que hace referencia a aquel conocimiento humano evidente y verdadero caracterizado por su claridad y distinción. Un conocimiento tal que para Descartes nunca podría proceder de los sentidos y sí de la razón, que se convertiría así en el Tribunal capaz de garantizar la veracidad de nuestros conocimientos cuando operara deductiva y metódicamente, quedando en última instancia siempre garantizada por la bondad infinita de Dios.

5.-
Verdadero método: expresión que Descartes utiliza para caracterizar aquel método de naturaleza deductiva que él propone en la segunda parte de su obra “Discurso del método” y que siendo una opción personal, usándolo adecuadamente evitaría la prevención y la precipitación, asegurándonos así la certeza indubitable de los conocimientos adquiridos.

6.-
Clara y distintamente: expresión fundamental en el planteamiento epistemológico cartesiano con el que el autor hace referencia a aquellas dos cualidades necesarias para que nuestras ideas y conocimientos sean verdaderos. La claridad la entendería como aquella cualidad inherente a una idea cuando ésta se presente a una mente atenta sin dificultad alguna. Por su parte, la distinción se refiere a la necesidad de que tal idea se muestre a nuestra mente de modo diferente a otras evitando así cualquier confusión.

7.-
Espíritu: término cartesiano con el que se designa aquella sustancia finita que sólo existe por el concurso ordinario de Dios, de naturaleza contingente y cuya esencia o naturaleza sólo reside en pensar. Nos referimos a la sustancia pensante o “res cogitans”, identificada por el áureo habitualmente por los términos alma, yo y razón.

8.-
Razón = Espíritu

9.-
Verdaderos (según el contenido del texto): cualidad de aquellos conocimientos o ideas que son ciertos y evidentes, pero donde deberíamos tener en cuenta dónde reside el fundamento u origen de la veracidad de tales conocimientos. Podríamos hablar, en primer lugar, de la tradición o podríamos hablar igualmente, en segundo lugar, del planteamiento cartesiano, en cuyo caso, tal veracidad se fundamentaría en la claridad y distinción de esos conocimientos.

10.-
Opiniones: término con el que designa aquel conjunto de conocimientos e ideas carentes de validez, certeza y veracidad, que tienen su origen en el sentido común, en el uso de los sentidos no juzgados por el tribunal de la razón.

11.-
Ciencias: término con el que el autor designa aquellas disciplinas que por aquella época, tradicionalmente, se consideraban paradigmas del conocimiento científico: las matemáticas y lógica. Ciencias cuyo conocimiento obtendría Descartes a raíz de su formación altamente escolástica en los años de permanencia en el colegio jesuita de la Flechè.

12.-
Lógica, Álgebra y Geometría: ciencias o modelos paradigmáticos de conocimiento científico que contribuirían a la elaboración cartesiana de aquel método que nos asegurara fundamentar deductivamente la veracidad de nuestro conocimiento.

13.-
Entendimiento = ingenio = (Razón, Espíritu y Alma). En este caso concreto, se añadiría los siguiente: término con el que concretamente el autor expresa la facultad de pensar (ya sea deductivamente como intuitivamente) de tal sustancia.

14.-
Evidentemente = Clara y distintamente = Certeza = Verdadero

15.-
Conocimiento verdadero = Conocimiento cierto = Indudable = Conocimiento = Conocer

16.-
Yo /”Yo era” = Sustancia pensante = Espíritu

17.-
Esencia = Ser = Naturaleza: término y expresión cartesiana con la que se designa el atributo principal que caracteriza a cada sustancia, proporcionándole no sólo aquello por lo cual esa sustancia es lo que es y distinta del resto de las sustancias, sino que al mismo tiempo, en su conocimiento reside la veracidad del mismo sobre tal sustancia. Serían tales esencias las que nos permitirían distinguir las dos sustancias afirmadas por Descartes: la substancia infinita (Dios) y las substancias finitas (alma y cuerpo).

18.-
“Mí ser”: expresión cartesiana con la que el autor nos acerca al momento culmen en el cual el propio Descartes intuitivamente accede al principio de su filosofía: al conocimiento verdadero y evidente de su existencia como sujeto cuya naturaleza sólo reside en el hecho de pensar. En este sentido, con esta expresión nos acercamos al atributo de la “res cogitans” (el pensamiento) y en segundo lugar, como el propio Descartes afirmaría, al criterio de certeza de todos sus conocimientos: a saber, la claridad y distinción con la que ese dato intuitivo se le ha mostrado a su atento ingenio.

19.-
Duda = Dudar: término fundamental en el planteamiento filosófico cartesiano y que tiene cabida en aquel método propuesto y adoptado por el autor como opción personal que se detalla en la segunda parte de su obra “Discurso el método”. Con la duda, no sólo nos podemos referir a aquella manifestación o modificación del pensamiento como atributo principal o esencia de la sustancia pensante, sino igualmente al acto racional que debe ser llevado a cabo en la primera fase de la aplicación del método antes citado con la intención de conseguir nuevos conocimientos deductivamente ciertos. Tal acto dubitativo se encuentra en la regla de la evidencia, donde se nos dice que hay que someter a un proceso de análisis y síntesis aquellos conocimientos que no se nos muestren claros y distintos.

20.-
Deducir: término que adquiere un significado especial e importante dentro de la metodología cartesiana. Tras una evolución personal que lo llevaría a abandonar un modelo renacentista y pasando por su proyecto de la “Mathesis Universalis”, Descartes propondría como método científico el ya conocido método Hipotético-Deductivo. Éste, junto con el otro famoso método cartesiano, propuesto en la segunda parte de su obra “Discurso del Método”, que ninguna relación mantiene con el anterior, comparten, sin embargo, un elemento que los caracterizará: su naturaleza deductiva. La veracidad de nuestro conocimiento se fundamentará en el correcto uso del tribunal de la razón que se someterá a una cadena deductiva de razonamientos por los cuales obtendremos la validez de nuevos conocimientos a partir de otros ya conocidos o bien de otros que inicialmente se muestran dudosos.

21.-
Imaginación: facultad que en el sistema cartesiano está asociada a la elaboración de un determinado tipo de conocimientos: las ideas facticias, entendidas como aquellas ideas, aquellos conocimientos que elaborados por medio de la imaginación y tomando como base las ideas adventicias, nutren a la mente de un conocimiento que en todo caso resulta dudoso.

22.-
Sentidos: término con el que se designa el modo primigenio a través del cual el hombre adquiere un conocimiento o conjunto de ideas, que nacen de sus múltiples sensaciones y que son identificadas por el autor como ideas adventicias. Tales ideas son dudosas y carentes de validez en tanto que no se muestran de forma clara y distinta, pero que sin embargo, y rompiendo un tópico muy racionalista, dicha información no tiene por que ser abandonada: sólo deberá ser sometida al tribunal de la razón como único depositario de la garantía de la validez de nuestros conocimientos.

23.-
Paralogismos: término usado por Descartes en un momento de su proceso dubitativo metódico y que sirve para poner de manifiesto la omnipotencia de la razón, al afirmar que los errores de esta en sus demostraciones son sólo producidos por el engaño que ésta sufre de manos de algún geniecillo maligno que utiliza y gasta toda su industria e ingenio en hacer que la razón tome por verdadero aquel razonamiento que es falso y viceversa. En ese sentido, por paralogismo podríamos entender aquel razonamiento que aparentemente resulta verdadero cuando no lo es.

24.-
Pensar: término con el que se identifica la esencia o atributo personal de aquella sustancia finita que para existir sólo necesita del concurso ordinario de Dios y que nuestro autor identifica con términos como alma, razón o espíritu.

25.-
Falso: término cartesiano que usamos para identificar la cualidad que poseen determinados conocimientos e ideas que no se presentan de forma clara y distinta, y que habitualmente quedan relacionados con las ideas adventicias y facticias.

26.-
Escépticos: término con el que se hace referencia histórica a uno de los movimientos filosóficos aparecidos en la filosofía helénica. Inaugurado el movimiento por Pirrón de Elis, los escépticos, en busca de la felicidad y entendida ésta como ataraxia (imperturbabilidad de ánimo) usaban la epojè (suspensión del juicio sobre algo o ejercicio de la duda) sobre todo aquello que les causara la más mínima perturbación anímica. Así el ejercicio de la duda se convertía en algo constante pero con ciertas connotaciones destructivas, en la medida en que se renunciaba a una búsqueda de aquello que perturbaba precisamente por su desconocimiento. Aunque en Descartes, está presente dicho ejercicio dubitativo, éste se manifiesta de forma contraria al movimiento escéptico: lejos de renunciar a lo desconocido, él se adentra en ello con el fin de transformarlo en conocimiento verdadero. Así, la metodología cartesiana es escéptica pero de forma únicamente provisional.

27.-
Sustancia: término de naturaleza metafísica que en el sistema cartesiano adquiere un significado distinto del tradicional. La sustancia cartesiana puede entenderse como una transformación o alteración conceptual de sistema metafísico-teológico tradicional heredado de la Escolástica: es decir, la creencia en una única substancia (Dios) que crea a las restantes criaturas divinas o seres contingentes. La necesidad del primero contrastaría con la contingencia del segundo grupo. Por su parte, Descartes, aceptaría la definición tradicional de Sustancia infinita (Dios) como aquel ser que para existir sólo necesitad de sí mismo. Sin embargo, a los seres contingentes les proporcionaría la categoría de sustancia, aunque fuera de una forma finita y entendiéndola como aquel ser cuya existencia necesita del concurso y participación ordinaria de Dios. Aquí se encontrarían el cuerpo y el alma. Es con este término con el que Descartes lleva a cabo no sólo la Fundamentación metafísica de su propio método científico, sino también la defensa de una determinada visión mecanicista del universo reducible a tres tipos de entes: Dios, el pensamiento y la materia.

28.-
Cuerpo: término referido a una de las dos sustancias finitas usadas por Descartes para la Fundamentación metafísica de su método científico y para la defensa de una determinada visión mecanicista de la realidad centrada sólo en la existencia de tres tipos de entidades: Dios, el pensamiento y la materia. Materia que en el caso de su visión antropológica (visión sobre la naturaleza y estructura del ser humano) quedaría identificada con el cuerpo, caracterizado éste por su esencia (la extensión) y por sus modos o manifestaciones parciales de dicha esencia, siendo una de ellas fundamental para entender la realidad física: el movimiento. Un cuerpo donde inevitablemente estaría alojada el alma en una supuesta glándula que posteriormente la Medicina nos ha dado a conocer como “glándula pineal”.

29.-
Omniperfecto: término que designa una de las cualidades inherentes a aquella substancia infinita que para existir sólo necesita de sí misma y que es la causa primera e incausada de las dos restantes sustancias finitas (alma y cuerpo). Cualidad a la que inductivamente Descartes llega basándose en las perfecciones que de modo limitado se presentan en el hombre. Dad su naturaleza contingente, tales perfecciones no pueden venir del mismo hombre, sino más bien de aquel foco de perfecciones que en ningún momento podrían darse de forma limitada: Dios.

30.-
“Idea de un ser más perfecto”: expresión con la que Descartes hace referencia a una de las ideas innatas, claras y distintas que la razón posee y a la que la misma razón cartesiana ha llegado deductivamente partiendo de la primera certeza metafísica que se le presenta de forma intuitiva, clara y distinta: su existencia como una sustancia pensante. Precisamente, la duda y por tanto el error son propios en la naturaleza del conocimiento humano. En ese sentido, aquel conocimiento verdadero e indubitable que poseemos no procede de nosotros, sino que más bien es garantizado por otro. Por aquel en cuyo pensamiento no existe el error: Dios. Así, de la conciencia de error como atributo del pensamiento humano, Descartes llegara a afirmar otra certeza metafísica: la necesidad de la existencia de Dios. Una existencia que el propio Descartes argumentará al modo medieval usando los argumentos de S. Agustín, Sto. Tomás y S. Anselmo. En concreto esta expresión hace referencia al argumento del último usado por Descartes para tal fin.

31.-
Ideas: término cartesiano muy relacionado con aquellas certezas metafísicas que sustentarían su particular visión de la realidad así como con los contenidos y actos mentales que la razón humana puede albergar. En lo referente al primer caso, hablaríamos de aquellas tres ideas innatas (Dios, alma y cuerpo). En el segundo, hablaríamos de aquellos actos mentales por medio de los cuales opera el pensamiento, siendo todos los actos e ideas iguales. En cuanto, a las ideas como contenidos mentales, éstos diferirán en función de su origen: ideas adventicias (sentidos), facticias (imaginación) e innatas (razón)

32.-
“Ideas de Dios y alma”: expresión cartesiana con la que se nos pone en contacto con las ideas innatas de la substancia infinita (Dios) y una de las substancias finitas (alma). Estas ideas debe ser consideradas como las dos primeras certezas metafísicas obtenidas por Descartes y que junto con la tercera (la existencia de la materia) formarían su sistema metafísico que nos proporcionaría una visión mecánica de la realidad física totalmente compatible con la libertad, el pensamiento y Dios.

33.-
Certeza metafísica: expresión cartesiana que hace referencia a aquellos principios evidentes, verdaderos y ciertos, que siendo claros y distintos nos proporcionan un esquema sustancial que nos permite interpretar la realidad como una realidad física caracterizada por el extensión y el movimiento compatible con el pensamiento y la libertad ajena e independiente de la materia y un Dios Omniperfecto e infinitamente bondadoso. Con tales certezas, descubiertas deductivamente a partir de la primera intuición (“cogito, ergo sum”) nos referiríamos a la famosa teoría cartesiana de la realidad y de sus tres substancias.

jueves, 11 de febrero de 2016

CONTEXTO HISTORICO-FILOSOFICO Y CULTURAL DE RENÉ DESCARTES.

     Hola a todos, aquí os dejo el contexto histórico de Descartes para el examen de Selectividad y de Segundo De Bachillerato.


CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL.


Descartes vivió entre los siglos XVI - XVII. Aunque fue en el siglo XVIII cuando la burguesía vio su periodo de máximo esplendor, durante finales del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII, los burgueses fueron adquiriendo cada vez más poder económico y mayor importancia social. El fin del sistema económico de la edad media creó el clima propicio para la aparición del Gran Estado nacional en el siglo XVII, recogido por un rey absolutista que unificaría el poder.

La psicología del comerciante fue constituyendo la ideología de la Europa Occidental, que eclosionaría con la Revolución Francesa.
El descubrimiento de América, la exploración y conocimiento geográfico del planeta, impulsó el capitalismo comercial y a la burguesía.
Un hecho importante en la vida de Descartes fue la guerra de los 30 años. Luchó en dicha contienda en dos ocasiones, en la que se enfrentaron Reforma y Contrarreforma. Esta larga guerra tuvo las siguientes consecuencias :
- Al no haber ni vencedor ni vencido se pensó que lo mejor sería vivir en un clima de tolerancia religiosa y cultural. Esto impidió la imposición de un pensamiento único. El saber se abrió a otros ámbitos distintos como las matemáticas, mecánica, medicina, etc.
En esta época se acaba con la imagen aristotélica del universo tanto en el campo de la astronomía como en el de la física, apareciendo el heliocentrismo. La interpretación matemática del universo y de los fenómenos físicos impulsara una nueva concepción de la ciencia, cuya expresión mas acabada será la físico-matemática. La vieja ciencia aristotélica, teleológica y cualitativa dio paso a una nueva ciencia mecanicista y cuantitativa.
El Discurso del método esta escrito en francés en lugar de en Latín, hecho que culmina con la separación de la cultura medieval. Este aspecto fue una influencia de la educación que Descartes  recibió en la compañía  de Jesús, la primera orden religiosa moderna que supuso un avance frente a esas ordenes medievales que se limitaban a dirigir sus miradas a Dios.


Contexto filosófico

Debemos comenzar por la Escolastía, que había conseguido con Tomás de Aquino una armoniosa síntesis del pensamiento de Aristóteles con el cristianismo, que será el modelo teórico contra el que lucharan en el siglo XVII Galileo y Descartes. Dicha visión se fundamentaba en este criterio de autoridad. En el renacimiento aparece un nuevo hombre que se vuelve hacia la cultura grecolatina. El proyecto de Descartes es construir una filosofía nueva desde los cimientos para evitar que dicha construcción se derrumbe tomará las siguientes precauciones.

-No dejará nada a la improvisión
- El criterio de autoridad medieval es sustituido por un criterio de verdad : La Razón.

La búsqueda de Descartes de la certeza no es una búsqueda retorica, la consideración de la realidad como apariencia es un tema que se repite con frecuencia en este época.

La formación filosofía de Descartes se remonta al colegio de la Fleché, donde aprendió la filosofía de Aristóteles y Tomas de Aquino , junto a la del español Francisco Suarez . Esta formación se hará patente en el discurso del método donde utiliza términos escolásticos como el de sustancia, esencia, existencia...
También debió conocer el pensamiento de Agustín de Hipona, ya que leyendo el discurso se puede encontrar numerosos agustinismos como la duda metódica, las ideas innatas, el propio cogido, su argumento acerca de la existencia de dios basado en que encontramos en nuestra mente la idea de infinito. Descartes adquirió un espíritu de modernidad. En el campo de la moral se destaca la influencia estoica.



martes, 9 de febrero de 2016

NOTIFICACIÓN PARA TODOS LOS ALUMNOS DE 2BACHILLERATO :EXAMEN DESCARTES.

Hola a todos, quería notificaros que por la acumulación de exámenes de esta semana publicaré el

contexto histórico-filosófico y cultural junto al vocabulario del Discurso Del Método lo antes posible.

(Jueves día 11-Febrero seguramente).

Durante el fin de semana iré publicando tanto las teorías de San Agustín y Santo Tomás, junto a toda

la filosofía de Descartes.

Muchas gracias y hasta pronto.


ANOTACIÓN IMPORTANTE: Quería aclarar que el contenido que expondré en el Blog será una ayuda para la comprensión de los temas, es decir, podéis utilizarlos para entenderlo mejor, pero yo lo voy a publicar con un lenguaje más fácil para la mejor y adecuada comprensión del contenido, no es el lenguaje específico que se debe utilizar en un examen. Espero que no haya ningún tipo de problema, subo esto como una ayuda más que podréis utilizar y que espero que os sea útil. Por cualquier duda específica podéis poneros en contacto conmigo por el correo de este Blog : vocaciondeinteligencia@hotmail.com
o por Facebook :  Voca Umi 

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