intenté querer cada detalle de tu cuerpo como si mi vida se fuera en ello.
Intenté quererte, intenté aceptar cada acto que me dedicabas en las sombras.
Intenté quererte,
intenté apreciar hasta tus tortas sin manos.
Intenté quererte,
de verdad que lo intenté.
Intenté quererte incluso cuando no tenía fuerzas para seguir adelante.
Intenté quererte,
intenté dar gracias por tenerte conmigo.
Intenté no perderte,
intenté quererte cada noche como si no hubiera un mañana.
Intenté quererte cuando tus brazos eran gélidos,
cuando tus palabras no tenían significado.
Intenté quererte, por encima de tu arrogancia,
de tu hipocresía, de tus miradas.
Intenté quererte incluso vendiendo mi alma al diablo para que jamás te pasara nada.
Intenté quererte cada noche en las sombras.
Intenté quererte, hasta que un día, simplemente no pude querer más.
No pude querer la verdad que escondías,
no pude ser participe de tu maldad.
No pude, y mira que lo intenté.
Te intenté querer hasta que en el espejo ya no veía reflejo,
cuando mi cuerpo ya no dejaba silueta entre las sábanas.
Incluso cuando no era nada, intenté ser para quererte.
Pero no pude, no pude, y decidí, simplemente, quererme yo.
Me quise, me quise, me elegí con sentimientos encontrados.
Me salvé de quererte, porque lo que se intenta y no nace, es prueba de que yo no era, ni tú merecías que fuera.
De lo que no fluye, no se puede pretender bañarse.
De lo que no se planta, no se puede recoger frutos.
Intenté quererte,
hasta que me di cuenta que lo mejor era quererte lejos.
-Amantis Femina.
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